lunes, 19 de octubre de 2009

Pretty Woman




A los 15 años, cuando regresaba del colegio en su natal Chile, Andrea Racchi fue descubierta por un agente de modelos. Cumplía con todos los requisitos para ser una Top Model: altura, elegancia, cuerpo delgado, piernas largas y un bello rostro. Desde entonces, andar por pasarelas, viajar a muchísimos países, realizar interminables sesiones de fotos y hacer comerciales para marcas importantes como Falabella, Ripley, Triumph, Versace, Armani, Guess, Tommy Hilfigher, Ona Saez, se hizo cotidiano. Sin embargo, al cumplir los 17, con mucha pena, tuvo que dejar el ballet. Había ingresado a la Academia de Ballet Clásico desde los tres, pero para los 17, sus piernas eran demasiado largas, lo que le impediría ser una bailarina modelo. El modelaje ingresó a su vida como una posibilidad de ganar dinero desde muy chica, pero Andrea quería estudiar. Estudió y se tituló de Farmacóloga Clínica. De impartirse dicha carrera en el Perú, Andrea hoy podría estar en un laboratorio evaluando las acciones, propiedades, eficacia y la seguridad que las sustancias químicas y fármacos ejercen sobre los organismos vivos y sería una Farmacóloga modelo. Pero, a los 24 años se le presentó la oportunidad de venir al Perú para hacer la campaña de una marca de cerveza que incluía una serie de presentaciones. Desde entonces, ha modelado ropa de diseñadores importantes como Sitka Semsh, Ani Alvarez Calderon, Jack Abugatas, Rosario de Armenteras, y sido modelo de marcas de alimentos y varios productos de belleza. Tuvo también algunas incursiones en la actuación participando en cortos y en la película Mañana te cuento 1. En tele, produjo y dirigió su propio programa de moda, Tendencias, que se transmitió por señal de cable. Ser modelo, o de alguna manera “conocida” o reconocida por la gente en la calle, era algo con lo que soñó desde chica. Quizás porque Andrea, en realidad, era muy tímida. Entonces, ¿cómo una mujer que es tímida, además de absolutamente hermosa, se sube a una pasarela para que cuchucientas personas la vean? Pues precisamente, nos confiesa Andrea, modelar era una especie de terapia, sentía que cuando subía a la pasarela no era ella en realidad, sino un personaje.


- No podría vivir siempre del modelaje. Fue una etapa muy linda, pero ya pasó. Hoy me dedico a otras cosas. Me encanta lo que hago, y siempre lo hago con mucho amor y pasión. Andrea tiene una voz igual de bonita que su rostro.

La expresión de su cara tiene algo lúdico, como si una niña traviesa estuviera oculta en sus ojos color caramelo, quizás por ello le salgan unas muecas tan chistosas cuando quiere corregir una mala postura o posición de sus alumnos. A veces, cuando levanta el tono de su voz, ésta se hace especialmente ronca, como cuando el Pato Donald se ha enojado. Sobre la colchoneta a Andrea no le tiembla un solo músculo abdominal cuando tiene que dar el ejemplo y realizar cien abdominales mounstrosos, a los que ella denomina “cortitos”. Tampoco le tiembla la mano cuando tiene que dar un palmazo sobre esa misma colchoneta para retomar la atención de algún hombre distraído que perdió el equilibrio, o la fuerza de su centro – quizás por contemplarla - soltó una liga, o dejó caer la pelota y se derrumbó sobre sí mismo generando las risas de sus compañeras.

- ¡A mi me habían dicho que ustedes eran fuertes! – se dirige a los hombres con su voz ronquita - ¿o debo pensar que me engañaron?

Andrea tuvo una operación, pero no de cirugía estética. No la necesitaría. Fue una operación para extirpar nódulos en su faringe.

- ¿Qué si le tengo miedo a la muerte? No por mí, sino por mis hijos.

Es una mamá joven y siente que le da miedo que crezcan solos, sin la presencia materna. Sus padres han estado presentes durante toda su vida. Se separaron cuando ella tenía 18, pero nunca dejaron de estar ahí.

El número de alumnos en la clase de pilates se ha duplicado, o mejor dicho, vuelto a la normalidad. Sus alumnos la extrañaron, muchos dejaron de venir hasta su regreso de la operación. Ahora todos quieren un espacio, por muy pequeñito, para colocar su colchoneta, sus toallas, sus pesas, sus ligas y sus pelotas, escuchar la mejor selección de chill out sessions que ella misma prepara y entregarse a la clase de pilates y a Andrea.

- ¡Quiero verlos en invierno! ¡A ver si cuando haga frío y oscurezca pronto vienen todos!

Algún alumno contestatario lanza un tímido: Cómo tratarás a tu marido. Y ella enfática...

- ¡Yo no tengo marido! – casi pareciera que lo dice con orgullo.

Más de un alumno se ha quedado estupefacto, y al cabo de unos segundos, podría decir que una feliz sonrisa ha aparecido en sus rostros. Andrea enseña pilates desde hace seis años, cuando se divorció del padre de sus tres hijos. Pilates es un sistema de entrenamiento físico y mental que emplea el dinamismo y la fuerza muscular junto con el control mental, la respiración y la relajación para finalmente obtener equilibrio y unidad entre mente y cuerpo. Entre sus alumnos se encuentran jugadores de fútbol, diseñadoras gráficas, financistas, adolescentes, amas de casa, adultos mayores y hasta personas con muchos kilos de más. Muchos de ellos tienen mas de dos años llevando la clase y no piensan dejarla por nada. Van comprobado día a día, poco a poco, como sus músculos se van marcando, pierden medidas, adquieren flexibilidad, se relajan, corrigen posturas, y su frente poco a poco, va alcanzando el suelo, sin que sus barrigas se lo impidan.

- Todos pueden hacer pilates – los entusiasma Andrea.

Siempre llegan alumnos nuevos. Pero tal vez, la razón principal por la que sus alumnos la prefieren está en la forma que los conduce hacia la disciplina y les inyecta pasión. Si se te para al costado para revisar que estés haciendo bien el ejercicio, o cerciorarse que tu posición sea la correcta, no se va hasta que lo logres. Disciplina y pasión han sido una constante en su vida. Y eso es lo que transmite. Se levanta antes de las 6:00 a.m, cosa que ha hecho desde pequeña. Es ordenada para comer, pero no se priva de nada, aunque nunca deja de incluir verduras y frutas. Trata de dormir bastante, jamás ha fumado, pocas veces sale de madrugada y prefiere un vino en la tranquilidad su hogar. Su amor por la vida tranquila y hogareña le viene desde la niñez, cuando vivió con su familia, en una pequeña casa en el campo, a 38 Km. al sur de Santiago, un hermoso lugar donde podían vivir con más paz y alejados de la contaminación de la ciudad. Como a muchas mujeres, no le ha sido fácil ser mamá y trabajar a la vez.

- Es duro ser mamá y trabajar a la vez. Las empresas quieren tener siempre a la mujer perfecta, que no envejezca, que no tenga marido, que sea joven y por favor, ¡ni hablar de la maternidad!
Andrea cree que no podremos cambiar nuestra manera de pensar mientras sean las mujeres las que no cambien y dejen de criar a sus hijos hombres con una mentalidad machista.

- No creo que sea un problema en los hombres, el problema es de las mujeres, que hacen hijos, novios, maridos, e incluso hermanos machistas.

Se suele pensar que las modelos son esa especie de personas que de hecho, logran hacer realidad todos sus sueños. Pero Andrea tiene un sueño que aún no ha hecho realidad.

- Consolidar mi vida afectiva. Tengo a mis hijos, pero quiero un compañero para toda la vida, y cuando sea viejita poder tomarnos de la mano y caminar juntos.

Entonces, ¿crees en el amor?

- Claro. Los años te dan experiencia y el "amar” o “sentirse enamorada” va cambiando, probablemente a los 18 años sentías que estas enamorada, pero al pasar los años te das cuenta que no era así.


¿Tienes pareja?
- Hoy estoy en paz. Me siento enamorada y querida. Fundamentalmente creo que mi vida se ha estabilizado, me he aceptado, como soy, y también aprendí a quererme. Curiosamente apareció en mi vida hace 4 meses, pero siempre estuvo ahí, hacía casi tres años. Eso pasa porque uno evoluciona y a veces esa persona esta cerca y no te das cuenta hasta que abres los ojos y los sentidos y mágicamente ahí está.

¿Qué fue lo que te conquistó?

- Que se siente orgulloso de mi y de lo que hago. Eso me da paz y tranquilidad. La confianza es importantísima. Para mi, ser pareja ideal es equilibrar la admiración, el respeto el amor y la pasión, junto con una serie de cositas que se deben ir desarrollandodurante el tiempo. Y claro, debe ser mutuo.

Al llegar al final de la clase, después de la ultima respiración y exhalación, Andrea les da un aplauso y una sonrisa a sus alumnos, y ellos le dan más aplausos a ella. Es como un rito, y por unos segundos, el gimnasio se llena del aura de la melodía bossa nova que servia de soundtrack a la película Las Mujeres arriba, que protagonizó Penélope Cruz, quien cada vez que terminaba de preparar un delicioso platillo para un programa de televisión, se despedía, luego de haber dejado hipnotizados con su belleza y magia a los miles de televidentes, diciendo: “no olvidemos el gran ingrediente final – siempre agregar mucho amor y pasión”.